Uso prudente de los antibióticos en la producción animal e impacto en la resistencia bacteriana a los antimicrobianos

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INTRODUCCIÓN

Cada vez se habla más de la importancia de la aparición de resistencias bacterianas a los antimicrobianos (RAM) y de sus repercusiones en la salud, especialmente en la salud pública. Las estimaciones publicadas por MURRAY, et al. (2020) apuntan a un papel indirecto de las bacterias resistentes a los antibióticos en la muerte de unos 4,95 millones de personas. Los casos en los que la muerte fue causada directamente por una infección resistente a los antibióticos ascendieron a 1,27 millones de personas en el mismo estudio.

La mayoría de los debates sobre el tema se centran en el impacto de la RAM, especialmente en el entorno hospitalario, sobre la salud humana. Por lo que respecta a la medicina veterinaria, parte de la responsabilidad recae en el uso de antibióticos en animales de granja en sus distintas modalidades de uso (terapéutico, preventivo, control o promoción del crecimiento), aunque no haya pruebas científicas de una posible relación causal entre su uso en animales de granja y la aparición de RAM en cepas humanas.

Independientemente de los escenarios expuestos, un aspecto poco explorado y que merece atención por parte del sector de la producción animal es el impacto de la RAM en el propio sector, es decir, en la sanidad animal. Este texto abordará las principales repercusiones de la RAM en los animales de granja, con especial atención a las aves de corral y los cerdos, y las buenas prácticas que, una vez aplicadas, contribuyen a reducir la aparición de la RAM, así como algunos conceptos relacionados con el tema.

RESISTENCIA BACTERIANA A LOS ANTIMICROBIANOS

Es importante establecer algunos conceptos y mecanismos sobre el tema, antes de profundizar en los posibles impactos y estrategias para reducir la aparición de la RAM.

La RAM es la capacidad de las bacterias de sobrevivir y multiplicarse incluso en presencia de agentes antimicrobianos que normalmente serían eficaces para inhibir su crecimiento o eliminarlas. La resistencia puede ser Natural o Intrínseca, cuando los microorganismos son naturalmente resistentes a ciertos tipos de antimicrobianos debido a sus características estructurales o metabólicas inherentes. Este tipo de resistencia forma parte del perfil genético normal de la bacteria y no se adquiere de otras bacterias. La resistencia también puede ser Adquirida, cuando una bacteria que inicialmente era sensible a un antimicrobiano se vuelve resistente.

Los principales mecanismos implicados en la resistencia adquirida por las bacterias están asociados a:

  1. Modificación del objetivo: Las bacterias pueden alterar el sitio diana del antimicrobiano, haciéndolo menos eficaz.
  2. Producción de enzimas destructivas: Algunas bacterias producen enzimas que pueden inactivar los antimicrobianos.
  3. Bombas de eflujo: Se trata de sistemas de transporte que las bacterias utilizan para expulsar los antimicrobianos del interior de la célula. Esto reduce la concentración del fármaco en el interior de la célula bacteriana a un nivel no letal.
  4. Barreras de Permeabilidad: Algunas bacterias pueden alterar sus membranas celulares, lo que dificulta la entrada de antimicrobianos.
  5. Mecanismos de reparación del ADN: Las bacterias disponen de mecanismos de reparación del ADN que pueden corregir las alteraciones causadas por determinados antimicrobianos, como los que inducen la formación de radicales libres para dañar el ADN bacteriano.
  6. Transferencia horizontal de genes: Las bacterias pueden adquirir genes de resistencia de otras bacterias mediante procesos como la conjugación, la transformación o la transducción. Esto puede incluir el intercambio de plásmidos, que son pequeños fragmentos de ADN portadores de genes de resistencia.

Estos mecanismos de resistencia pueden darse solos o combinados, lo que hace que algunas bacterias sean extremadamente resistentes a una amplia gama de antimicrobianos.

Es importante señalar que el uso de antimicrobianos no genera resistencia per se, sino que actúa como un agente selectivo que favorece la supervivencia y propagación de cepas bacterianas ya resistentes. En una población de bacterias, puede haber algunas células que, por mutación o adquisición de genes de resistencia, sean capaces de sobrevivir en presencia de un antimicrobiano. Cuando se utiliza este medicamento, actúa sobre las bacterias sensibles, pero las resistentes sobreviven y se multiplican. Así, el uso de antimicrobianos actúa como un filtro que selecciona las cepas resistentes.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el uso frecuente y/o inadecuado de antibióticos (como dosis bajas, tratamientos incompletos o prolongados y uso en situaciones innecesarias) crea un entorno en el que las bacterias resistentes tienen una ventaja significativa para sobrevivir y proliferar.

REPERCUSIONES PRÁCTICAS DE LA RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS EN LA PRODUCCIÓN ANIMAL

La RAM en la producción animal es un problema complejo con repercusiones profundas y polifacéticas. En primer lugar, la creciente dificultad para desarrollar nuevos antibióticos, unida a su priorización para uso humano, deja a la medicina veterinaria en una situación delicada. Las perspectivas optimistas a largo plazo sugieren que se dispondrá de los mismos antimicrobianos que ya existen, lo que podría limitar seriamente las opciones de tratamiento disponibles para las enfermedades bacterianas de los animales.

Este escenario se agrava cuando aumenta la prevalencia de bacterias resistentes, lo que hace que el tratamiento de las enfermedades bacterianas sea más complejo y menos eficaz. Las infecciones que antes se controlaban fácilmente ahora son más graves y persistentes. Esto no sólo aumenta el sufrimiento de los animales afectados, sino que también supone una presión adicional para los veterinarios, que deben encontrar la manera de tratar eficazmente estas enfermedades al tiempo que cumplen con su deber de velar por la salud y el bienestar de los animales.

Cuando las infecciones resistentes afectan a rebaños o granjas, las consecuencias pueden ser graves. Hay un aumento de las tasas de mortalidad, lo que representa una pérdida directa para los productores. Además, los animales restantes suelen tener tasas de crecimiento más bajas, lo que en última instancia reduce la eficiencia global de la producción. La combinación de estos factores se traduce en un impacto económico significativo para la industria, con costes de tratamiento más elevados y un menor rendimiento de las inversiones.

Además, la resistencia a los antimicrobianos desafía los métodos tradicionales de gestión de rebaños y granjas. Es posible que los productores tengan que invertir más en medidas preventivas, como mejoras de la higiene, la nutrición y la gestión medioambiental, para reducir la incidencia de las enfermedades. Estos cambios pueden requerir importantes inversiones y alteraciones de las prácticas establecidas, lo que puede suponer un reto.

BUENAS PRÁCTICAS PARA REDUCIR LA RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS EN LA PRODUCCIÓN ANIMAL

A la vista de lo debatido hasta ahora, está claro que deben tomarse algunas medidas para reducir la incidencia de la resistencia a los antimicrobianos, con el fin de preservar los antibióticos aún disponibles para el tratamiento de las enfermedades bacterianas de los animales de granja. Estas medidas pueden resumirse en un planteamiento de uso prudente de los antibióticos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado una Guía para el Uso de Antibióticos Importantes para la Medicina Humana en Animales de Granja. Esta guía, como sugiere el título, se centra en las directrices para la conservación de antibióticos importantes en medicina humana y presenta cuatro recomendaciones y buenas prácticas que pueden aplicarse para un uso prudente con este fin: Reducir el volumen total de antibióticos utilizados; no utilizar antibióticos como promotores del crecimiento; no utilizar antibióticos de forma preventiva; reservar el uso de antibióticos de importancia crítica para la medicina humana para el control de enfermedades y antibióticos de muy alta prioridad de importancia crítica para la medicina humana para el tratamiento de enfermedades como último recurso.

Cuando consideramos el escenario del uso prudente de los antibióticos desde la perspectiva de la medicina veterinaria, para la medicina veterinaria y más precisamente para las aves de corral y los cerdos, podemos trabajar en cuatro frentes que tienen el potencial de generar resultados con un gran impacto en la preservación de las moléculas disponibles en la actualidad:

No utilización de antibióticos como promotores del crecimiento (APC)

Como se ha visto anteriormente, el uso frecuente y/o inadecuado de antibióticos (como dosis bajas, tratamientos incompletos o prolongados y uso en situaciones innecesarias) es un factor agravante que aumenta la presión de selección de bacterias resistentes. El uso de APC genera una doble falta –una dosis por debajo y un periodo de uso por encima del uso recomendado del antibiótico– con el único objetivo de mejorar el rendimiento de los animales. Desde un punto de vista técnico, esto es más que suficiente para justificar que no se utilice APC. Sin embargo, durante mucho tiempo el aspecto económico justificó el uso de los ACP: mejor rendimiento (conversión alimenticia y/o aumento de peso) a costes relativamente bajos. Aun así, en la actualidad es posible obtener resultados zootécnicos equivalentes a los obtenidos con el uso de APC mediante el empleo de productos alternativos y, en muchos casos, a costes similares, lo que hace viable la retirada de los APC.

Utilización de recursos clínicos y de laboratorio

También se ha mencionado la necesidad (y el deber del veterinario) de preservar la salud y el bienestar de los animales mediante el uso de antibióticos para tratar enfermedades bacterianas. Sin embargo, en este sentido, se deben utilizar todos los recursos disponibles para diagnosticar adecuadamente el estado orgánico de los animales, así como qué antibiótico es el más adecuado y/o eficaz en cada caso. Este enfoque implica necesariamente la realización de evaluaciones clínicas y de laboratorio para un diagnóstico correcto, la aplicación y evaluación de un seguimiento sanitario constante y la realización de antibiogramas. Mediante estas estrategias es posible identificar claramente el microorganismo implicado en la infección y qué antibióticos son eficaces contra las bacterias identificadas. Una vez establecido un programa de seguimiento, que incluya antibiogramas, es posible controlar el comportamiento de cada molécula disponible para el sistema de producción a lo largo del tiempo. Esto incluye los antibióticos en uso y los que, por la razón que sea, no están en uso durante un periodo determinado.

Priorizar el uso de alternativas a los antibióticos

No utilizar antibióticos también es una forma de reducir la presión de selección de cepas resistentes. En este caso, el planteamiento más obvio es sustituir los APC por productos alternativos. Sin embargo, especialmente en el caso de enfermedades o trastornos entéricos como infecciones bacterianas, disbiosis o enteritis inespecíficas, es posible utilizar productos alternativos a los antibióticos para el tratamiento, al menos como primera estrategia de afrontamiento. Las infecciones en otros órganos o tejidos o incluso las infecciones sistémicas pueden ser más difíciles de tratar con productos alternativos, lo que justifica el uso de antibióticos como estrategia inmediata, siempre teniendo en cuenta lo ya comentado en el tema anterior.

Además de mitigar la aparición de resistencia a los antibióticos, el uso de productos alternativos para el tratamiento de enfermedades o trastornos entéricos tiene otra ventaja importante, que es el menor impacto negativo posible sobre la microbiota intestinal, promoviendo una condición más favorable para la recuperación de los animales a su estado saludable original.

Rotar moléculas en el campo

La rotación de moléculas antibióticas, o ciclo de antibióticos, es una estrategia avanzada de gestión de medicamentos en producción animal que busca reducir el riesgo de desarrollo de resistencia a los antimicrobianos. Este enfoque implica la alternancia programada entre diferentes clases de antibióticos para tratar infecciones específicas en momentos determinados. La idea es que cambiando el tipo de presión selectiva aplicada a las poblaciones bacterianas, se puede evitar que se adapten y desarrollen resistencia a un antibiótico concreto.

Esta estrategia debe planificarse cuidadosamente y basarse en pruebas científicas sólidas. Esto incluye la comprensión de la farmacodinámica y la farmacocinética de los distintos antibióticos, así como el conocimiento de las tendencias locales y regionales de resistencia. La rotación de antibióticos no es una solución universal y debe adaptarse a las circunstancias específicas de cada rebaño o explotación. Además, debe aplicarse junto con otras prácticas de gestión de la sanidad animal, como las medidas de bioseguridad, la vacunación y una gestión nutricional adecuada.

Es vital que los productores colaboren estrechamente con los veterinarios de sanidad animal para desarrollar y supervisar los programas de rotación de antibióticos. La evaluación continua de la eficacia de estos programas es crucial, así como la disposición a ajustarlos en caso necesario. Este planteamiento, cuando se aplica bien, puede contribuir significativamente a la sostenibilidad de la producción animal y a la salud general de los rebaños.

CONSIDERACIONES FINALES

La gestión de la ocurrencia de RAM en los rebaños de animales de producción debe ser una preocupación constante y aquí presentamos algunos puntos relacionados con este tema, con énfasis en los impactos de la RAM en la producción animal, así como algunas buenas prácticas para reducir su ocurrencia.

Sin embargo, hay que subrayar que la mejor manera de reducir la aparición de RAM es reducir la necesidad y el uso efectivo de antibióticos y que, en este sentido, prevenir la aparición de enfermedades es la forma más eficaz de garantizar esta reducción. En este sentido, el establecimiento, implementación y ejecución de un programa robusto de bioseguridad juega un papel fundamental en la efectividad de cualquier otra acción dirigida a reducir la ocurrencia de RAM, incluyendo las aquí presentadas.

REFERENCIAS

Ø         ALTERTHUM, F. Mecanismo de Ação dos Antibacterianos e Mecanismos de Resistência. En: TRABULSI, L. R. & ALTERTHUM, F. Microbiologia. 6 ed. p.79-85. São Paulo: Atheneu. 2015.

Ø         GADDE, U.; KIM, W. H.; OH, S. T.; LILLEHOJ, H. S. Alternatives to antibiotics for maximizing growth performance and feed efficiency in poultry: a review. ANIMAL HEALTH RESEARCH REVIEWS. 18(1):26-45. 2017.

Ø         MURRAY, C. J. L.; et al. Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis. LANCET. 399:629-655. 2022.

Ø         OMS. WHO Guidelines on use of medically important antimicrobials in food-producing animal. Organización Mundial de la Salud. 2017.

Ø         RAUBER, R. H. Avian Influenza ant the Brazilian poultry production: Current situation and prevention strategies. GERMAN JOURNAL OF VETERINARY RESEARCH. 3(4):13-19. 2023.

Ø         WOAH. Annual Report on Antimicrobial Agents Intended for Use in Animals – 7th Report. Paris: Organización Mundial de Sanidad Animal. 133p. 2022.

Ø         WOAH. Antimicrobial Resistance. Disponible en https://www.woah.org/en/what-we-do/global-initiatives/antimicrobial-resistance/. Consultado el 09 de enero de 2024.

 

Por: Ricardo Hummes Rauber, DVM MSc PhD
Consultor en Sanidad Animal – [email protected]
Vetinova – Salud Animal Estratégica

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Publicado en 30 julio de 2024

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