Por Melina Bonato, gerente global de investigación y desarrollo de ICC, empresa líder en soluciones nutricionales naturales a base de levaduras para producción animal.

 

La carne de cerdo producida en el país pasa por varias etapas de producción hasta llegar a la mesa de la población.

Brasil es un importante productor de carne de cerdo. De acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), son cerca de 5 millones de toneladas anuales de una proteína saludable y de alta calidad. Pero el proceso es largo y el desafío comienza en las granjas con el manejo, la atención médica y la nutrición.

De acuerdo con la Central de Inteligencia de Aves y Cerdos (CIAS), de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) Cerdos y Aves, una tendencia creciente en términos de alimentación animal está relacionada a la inmunonutrición, es decir, el suministro de nutrientes específicos (inmunonutrientes) vía dieta del animal, con el potencial de modular la actividad del sistema inmune.

Los inmunonutrientes pueden alterar directamente la respuesta proinflamatoria, por medio del reconocimiento de las células intestinales o proporcionar condiciones entéricas para la expresión indirecta de esa respuesta, sea a través de la modulación de la microbiota intestinal, sea por productos de la fermentación bacteriana que ocasionan una reacción del sistema inmune. Se consideran inmunonutrientes: aminoácidos (glutamina, arginina, cisteína, taurina), nucleótidos, lípidos (omega-3 y omega-6), vitaminas y minerales (vitaminas A, C y E, zinc y selenio), además de los probióticos, prebióticos, ácidos orgánicos, extractos vegetales, entre otros.

Un grupo muy especial de inmunonutriente, extremadamente importante y funcional son los β-glucanos, que pueden ser encontrados de diversas formas en algunos alimentos, pero para presentar actividad funcional inmunomoduladora debe estar en la forma β,1-3 y β, 1-6, siendo encontrada principalmente en la pared celular de las levaduras. Los β-glucanos son conocidos por sus beneficios para la salud, como la mejora de la función inmune, que es importante para la salud de los animales.

Por medio de la inmunomodulación, los β-glucanos «ajustan» la respuesta inmune del organismo para que quede en estado de alerta, es decir, si hay algún desafío, la respuesta proinflamatoria será más rápida y eficiente, sin que haya, con eso, sobreestimulación del sistema inmune, previniendo daños al epitelio intestinal o proliferación de bacterias patógenas. Esto significa que el inmunonutriente no causa inflamación o daño tisular, pero pone a las células del sistema inmune en alerta para responder mejor a posibles desafíos de salud. Este mecanismo es particularmente útil en la producción animal, ya que permite una respuesta más eficiente del sistema inmune a los desafíos sanitarios, reduciendo el costo metabólico del animal para lidiar con infecciones y otros problemas de salud, además de ser un aliado esencial en programas de vacunación, mejorando la eficacia de las vacunas.

Por lo tanto, este es un factor clave para los lechones recién nacidos, que dependen de la inmunidad materna pasiva y la inmunidad congénita adquirida, que se desarrollará pre y post-destete. El desarrollo de las respuestas inmunes de los lechones comienza durante la gestación, sin embargo, no hay transmisión de anticuerpos o inmunoglobulinas a través de la placenta. Por lo tanto, estos animales dependen de la ingestión de anticuerpos maternos a través del calostro y la leche.

Los beneficios de la suplementación de inmunonutrientes, como los β-glucanos, son varios y pueden ser medidos por la cuantificación de inmunoglobulinas totales circulantes en la sangre de los lechones, reducción de problemas respiratorios y disminución en la incidencia de diarrea. Efectos sobre el mantenimiento de la integridad intestinal también pueden ser observados, ya que, como citado, hay íntima relación entre microbiota, integridad y permeabilidad intestinal y sistema inmune. Es la ciencia que apoya la evolución de la cría de cerdos. En la práctica, esto significa contribuir al aumento de la productividad sin el uso de antibióticos, con bienestar animal y producción de alimentos más saludables y sostenibles.